
Así como Saint-Mariè y Csejthe dieron lugar al misterio del Vampyr, estamos para albergar nuevos misterios y amistades. Afuera hay un mundo real, pero nuestro mundo está lleno de seres mágicos y míticos. La incertidumbre se disipa cuando nos hacen volar historias como Vampyr, historias sagradas, aunque parezcan profanas; con vampiros inmortales, vampiros que mueren, que no duermen, vampiros que aman, vampiros que callan, vampiros que leen la mente, vampiros dementes. Porque los hay, ¿verdad? Y es que imaginar que existan no es tan difícil después de haber leído tantas historias, y recrearlos tantas veces en nuestras mentes.
El mundo que cobra vida en cada página y letra impresa nos abre una puerta de ángeles, nos hace cruzar la delgada línea que separa lo que somos de lo que soñamos, lo que queremos de lo que necesitamos. Entonces nos convertimos en testigos de lo inimaginable, lo inigualable.
Ahora nos toca a nosotros.
Recuerda que somos cuatro, pero podemos ser más con tu ayuda.